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Australopitecinos, diversas especies de
primates ya extinguidos, clasificados dentro de la subfamilia de
los Homínidos, grupo en el que también se incluye a los seres humanos. Conocidos
gracias a los fósiles hallados en África, los australopitecinos o
monos del sur tienen rasgos en común tanto con los seres humanos como con los
monos actuales. Los científicos creen que una de las diferentes especies de
australopitecinos fue el eslabón ancestral en la cadena evolutiva del Homo
sapiens y de los actuales seres humanos .
Los científicos han sacado a la luz fragmentos fosilizados pertenecientes a
homínidos de una antigüedad de más de 5 millones de años. Las pruebas genéticas
evidencian que la línea evolutiva de los seres humanos se separó de la de los
actuales monos hacia la misma época en que aparecieron los
homínidos, según se deduce de los fósiles. Los australopitecinos fósiles más
antiguos, encontrados con suficientes detalles anatómicos como para permitir a
los científicos su clasificación por especies, tienen algo más de 4
millones de años. Las especies que vivieron hasta épocas más recientes dejaron
de existir aproximadamente hace 1 millón de años. Los científicos no han
conseguido aclarar las razones por las que se extinguieron. Hace unos 2,5
millones de años la línea evolutiva que lleva hasta los actuales seres humanos
se separó de la de los australopitecinos y los antropólogos no logran ponerse de
acuerdo acerca de cuál de las distintas especies dio origen a los seres humanos
modernos.
Los australopitecinos eran unos monos africanos bastante evolucionados. De
cuello para arriba presentaban muchas similitudes con los monos. Tenían el
cerebro pequeño, de tamaño semejante al del mono; rostro
protuberante y caninos grandes. De cuello para abajo ofrecían una apariencia más
humana. La pelvis y las piernas estaban claramente adaptadas a la
marcha erguida (véase Bipedación). No obstante, conservaban
en el esqueleto ciertos rasgos parecidos a los de los monos, como
la curvatura de pies y manos. Su estructura dental permite suponer que su dieta
alimenticia era similar a la de los monos actuales, basada principalmente en
frutas y vegetales, aunque, al caminar erguidos sobre dos piernas, su forma de
recolectar los alimentos era diferente. Al igual que los actuales monos, los
australopitecinos machos eran de un tamaño significativamente mayor que el de
las hembras. Las especies más antiguas presentaban más rasgos en común con los
monos que las especies posteriores, sobre todo en la forma de la dentadura. Con
el paso del tiempo, los caninos se fueron haciendo menores y los molares,
mayores.
ESPECIES DE AUSTRALOPITECINOS
El homínido fósil más antiguo y suficientemente completo como para recibir una
denominación, el Ardipithecus ramidus, fue encontrado en
Etiopía en 1994 y se le calcula una antigüedad de 4,4 millones de
años. Se parece enormemente a los australopitecinos, pero tiene la dentadura y
el esqueleto más afín a los monos, lo cual permite suponer que había
desarrollado una menor capacidad para caminar erguido que los australopitecinos.
Los expertos han identificado siete especies diferentes dentro de los
australopitecinos. El Australopithecus anamensis vivió en
Kenia desde hace 4,2 hasta hace 3,9 millones de años. El
Australopithecus afarensis, descubierto en Etiopía, vivió desde hace 3,9
millones de años hasta hace 2,9 millones de años. Se cree que el
Australopithecus bahrelghazali vivió en África central desde hace 3,5
millones de años hasta hace 3 millones de años. Los Australopithecus
aethiopicus, hallados en el lago Turkana, en la región de Kenia, tienen una
antigüedad de entre 2,9 y 2,6 millones de años. El Australopithecus
africanus del sur de África tiene entre 3 y 2,5 millones de años. El
Australopithecus boisei vivió en África oriental desde hace 2,5 millones
de años hasta 1,5 millones de años. El Australopithecus robustus ocupó
África del sur desde hace 2 millones de años hasta hace 1,5 millones de años.
Los Australopithecus aethiopicus, boisei y robustus se
conocen como australopitecinos robustos, debido al peso de sus huesos y al gran
tamaño de sus mandíbulas.
Las diferencias entre estas especies se dan principalmente en los rasgos
anatómicos de la cabeza, el rostro, la mandíbula y la dentadura. Algunas de
estas diferencias anatómicas son resultado del cambio evolutivo producido a lo
largo del tiempo, como el cambio progresivo en la dentadura que fue adquiriendo
un aspecto más humano. Otras diferencias son resultado de la adaptación a
entornos distintos. Entre algunos grupos que vivían en entornos similares pero
en localidades diferentes se dieron adaptaciones paralelas para funciones
semejantes. Así parece que el Australopithecus robustus, que vivía en el
sur de África, y el Australopithecus boisei, que vivía en la zona
oriental en la misma época, desarrollaron independientemente molares de mayor
tamaño para poder masticar plantas duras.
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