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Respiración, proceso fisiológico por el cual los organismos vivos toman oxĆgeno del medio circundante y desprenden dióxido de carbono. El tĆ©rmino respiración se utiliza tambiĆ©n para el proceso de liberación de energĆa por parte de las cĆ©lulas, procedente de la combustión de molĆ©culas como los hidratos de carbono y las grasas. El dióxido de carbono y el agua son los productos que rinde este proceso, llamado respiración celular, para distinguirlo del proceso fisiológico global de la respiración. La respiración celular es similar en la mayorĆa de los organismos, desde los unicelulares, como la ameba y el paramecio, hasta los organismos superiores (ver Metabolismo). Para mĆ”s información sobre la respiración en plantas, ver FotosĆntesis.
2 EL PROCESO DE LA RESPIRACIĆN
Los organismos de los reinos Protistas y Móneras no tienen mecanismos respiratorios especializados, sino que realizan el intercambio de oxĆgeno y dióxido de carbono por difusión, a travĆ©s de la membrana celular. La concentración de oxĆgeno en el interior del organismo es menor que la del medio exterior (aĆ©reo o acuĆ”tico), mientras que la concentración de dióxido de carbono es mayor. Como resultado, el oxĆgeno penetra en el organismo por difusión y el dióxido de carbono sale por el mismo sistema. La respiración de las plantas y las esponjas se basa en un mecanismo muy parecido.
En los organismos acuĆ”ticos inferiores (mĆ”s complejos que las esponjas), hay un fluido circulatorio, de composición similar a la del agua de mar, que transporta los gases respiratorios desde el exterior de los tejidos al interior de las cĆ©lulas. Este mecanismo es necesario, ya que las cĆ©lulas se encuentran alejadas del lugar donde se realiza el intercambio gaseoso. En los animales superiores, los órganos se especializan, aumentan la superficie de exposición del fluido circulatorio al medio externo y el sistema circulatorio transporta este medio lĆquido por todo el organismo. El fluido, llamado sangre, contiene pigmentos respiratorios que son molĆ©culas orgĆ”nicas de estructura compleja, formadas por una proteĆna y un grupo prostĆ©tico que contiene hierro.
El pigmento respiratorio mĆ”s comĆŗn es la hemoglobina, que estĆ” presente en la sangre de casi todos los mamĆferos. Es una proteĆna globulina con un grupo hemo y un ion hierro. En algunos insectos, el pigmento respiratorio es la hemocianina, un compuesto similar a la hemoglobina, pero que lleva cobre en lugar de hierro. La propiedad mĆ”s importante de los pigmentos respiratorios es la afinidad que poseen por el oxĆgeno. La hemoglobina forma una combinación quĆmica reversible con el oxĆgeno cuando estĆ” en contacto con un medio rico en este gas, como es la atmósfera. Este contacto tiene lugar en los capilares de los órganos respiratorios, las branquias y los pulmones. La hemoglobina en combinación con el oxĆgeno (la oxihemoglobina) es mĆ”s Ć”cida y, en consecuencia, provoca la disociación de los iones bicarbonato y carbonato de sodio del plasma sanguĆneo. Cuando la sangre oxigenada (rica en oxihemoglobina) llega a los tejidos, el balance de oxĆgeno se invierte y la hemoglobina libera oxĆgeno. Al volverse mĆ”s bĆ”sica, provoca la liberación de iones sodio que se combinan con el dióxido de carbono procedente de los tejidos para formar bicarbonato de sodio. La respiración externa es el intercambio de gases entre la sangre y el exterior, y la respiración interna es el intercambio de gases entre la sangre y los tejidos. Ver Aparato circulatorio.
3 LA RESPIRACIĆN EN LOS ANIMALES
La respiración externa de los animales acuĆ”ticos se lleva a cabo por medio de branquias que, gracias a mecanismos auxiliares, mantienen un flujo constante de agua. Las branquias estĆ”n ramificadas en unas extensiones que parecen plumas. En cada ramificación, los pequeƱos vasos sanguĆneos se subdividen de tal manera que la sangre estĆ” separada del medio acuĆ”tico por dos capas celulares, una es la que forma la pared del propio capilar y la otra es el epitelio de la branquia. Los gases se difunden con facilidad a travĆ©s del epitelio y, gracias a la gran superficie de contacto que se logra con la ramificación, se puede oxigenar una cantidad considerable de sangre en poco tiempo. En algunas formas de respiración aĆ©rea, como en los gusanos de tierra, la respiración tiene lugar a travĆ©s de los capilares de la piel; las formas anfibias, como las ranas, respiran por la piel y por los pulmones. Los insectos respiran a travĆ©s de trĆ”queas que tienen una apertura al exterior y se ramifican en el interior del cuerpo entre los tejidos, transportando aire a los órganos y a las estructuras internas. Los reptiles y los mamĆferos respiran sólo por los pulmones; no obstante, las aves tienen unos sacos aĆ©reos en el interior del cuerpo y unos espacios de aire en el interior de algunos huesos; y todas estas cavidades internas estĆ”n conectadas con los pulmones y son una ayuda a la respiración pulmonar.
Los sistemas circulatorio y respiratorio de los animales terrestres se modifican y se adaptan segĆŗn sean las condiciones ambientales del medio en que se encuentren. Por ejemplo, quienes viven en los Andes, a altitudes de 3.000 m o superiores, tienen los pulmones mĆ”s grandes, los capilares mĆ”s ramificados y un ritmo cardiaco mĆ”s elevado. Por otra parte, su sangre contiene un 30% mĆ”s de glóbulos rojos que la de las personas que viven al nivel del mar, y ademĆ”s son capaces de vivir con un tercio menos de oxĆgeno.
Los mamĆferos acuĆ”ticos, en general, tienen los pulmones grandes y sistemas venosos complejos para el almacenamiento de la sangre. El volumen sanguĆneo de las ballenas y las focas es un 50% mayor por kilogramo de peso que el de los seres humanos; gracias a ello pueden mantener oxigenados los tejidos del cuerpo durante mucho tiempo, sin respirar. Las ballenas pueden permanecer sumergidas desde 15 minutos hasta mĆ”s de una hora, segĆŗn las especies; el elefante marino puede permanecer bajo el agua 30 minutos; en el caso de las focas, cuando una de ellas se sumerge su frecuencia cardiaca desciende de 150 a 10 latidos por minuto y el contenido de oxĆgeno de la sangre arterial es del 20% en ese momento. Cuando la cantidad de oxĆgeno estĆ” próxima al 2%, la foca sale a la superficie a respirar.
4 RESPIRACIĆN HUMANA
En los seres humanos y en otros vertebrados, los pulmones se localizan en el interior del tórax. Las costillas forman la caja torĆ”cica, que estĆ” delimitada en su base por el diafragma. Las costillas se inclinan hacia adelante y hacia abajo cuando se elevan por la acción del mĆŗsculo intercostal, provocando un aumento del volumen de la cavidad torĆ”cica. El volumen del tórax tambiĆ©n aumenta por la contracción hacia abajo de los mĆŗsculos del diafragma. En el interior del tórax, los pulmones se mantienen próximos a las paredes de la caja torĆ”cica sin colapsarse, debido a la presión que existe en su interior. Cuando el tórax se expande, los pulmones comienzan a llenarse de aire durante la inspiración. La relajación de los mĆŗsculos tensados del tórax permite que Ć©stos vuelvan a su estado natural contraĆdo, forzando al aire a salir de los pulmones. Se inhalan y se exhalan mĆ”s de 500 cc de aire en cada respiración; a esta cantidad se denomina volumen de aire corriente o de ventilación pulmonar. AĆŗn se pueden inhalar 3.300 cc mĆ”s de aire adicional con una inspiración forzada, cantidad que se denomina volumen de reserva inspiratoria. Una vez expulsado este mismo volumen, aĆŗn se pueden exhalar 1.000 cc, con una espiración forzada, cantidad llamada volumen de reserva espiratoria. La suma de estas tres cantidades se llama capacidad vital. AdemĆ”s, en los pulmones siempre quedan 1.200 cc de aire que no pueden salir, que se denomina volumen de aire residual o alveolar.
Los pulmones de los humanos son rojizos y de forma piramidal, en consonancia con la forma de la cavidad del tórax. No son simĆ©tricos por completo, en el pulmón derecho se distinguen tres lóbulos y en el izquierdo dos, el cual presenta una cavidad donde se alberga el corazón. En el medio de cada uno de ellos estĆ” la raĆz del pulmón, que une el pulmón al mediastino o porción central del pecho. La raĆz estĆ” constituida por las dos membranas de la pleura, los bronquios, las venas y las arterias pulmonares. Los bronquios arrancan de los pulmones y se dividen y subdividen hasta terminar en el lobulillo, la unidad anatómica y funcional de los pulmones. Las arterias y las venas pulmonares acompaƱan a los bronquios en su ramificación progresiva hasta convertirse en finas arteriolas y vĆ©nulas de los lobulillos, y Ć©stas a su vez en una red de capilares que forman las paredes de los alveolos pulmonares. Los nervios del plexo pulmonar y los vasos linfĆ”ticos se distribuyen tambiĆ©n de la misma manera. En el lobulillo, los bronquiolos se dividen hasta formar los bronquiolos terminales, que se abren al atrio o conducto alveolar. Cada atrio se divide a su vez en sacos alveolares, y Ć©stos en alveolos.
Los principales centros nerviosos que controlan el ritmo y la intensidad de la respiración estĆ”n en el bulbo raquĆdeo (o mĆ©dula oblongada) y en la protuberancia anular (o puente de Varolio) del tronco encefĆ”lico (ver Cerebro). Las cĆ©lulas de este nĆŗcleo son sensibles a la acidez de la sangre que depende de la concentración de dióxido de carbono en el plasma sanguĆneo. Cuando la acidez de la sangre es alta, se debe, en general, a un exceso de este gas en disolución; en este caso, el centro respiratorio estimula a los mĆŗsculos respiratorios para que aumenten su actividad. Cuando la concentración de dióxido de carbono es baja, la respiración se ralentiza.
Un fallo circulatorio puede provocar anoxia en los tejidos del cuerpo cuando el volumen circulatorio es inadecuado o cuando la capacidad de transporte de oxĆgeno estĆ” alterada. Para consultar otras perturbaciones del sistema respiratorio, ver los artĆculos sobre las enfermedades en particular, como, por ejemplo, Asma bronquial; SĆndrome de descompresión rĆ”pida; Bronquitis; Resfriado comĆŗn; Difteria; Gripe; PleuresĆa; NeumonĆa
Tuberculosis.
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