EvoluciĆ³n convergente




EvoluciĆ³n convergente, evoluciĆ³n independiente de un mismo carĆ”cter o de caracteres similares en dos o mĆ”s especies que pertenecen a lĆ­neas evolutivas independientes (por carĆ”cter no se entiende en este caso la personalidad, sino cualquier atributo fĆ­sico o de conducta de un organismo). Estas lĆ­neas evolutivas independientes parten de formas ancestrales distintas del carĆ”cter estudiado que, poco a poco, convergen en una forma Ćŗnica.


Casi todos los ejemplos de convergencia se pueden interpretar en tĆ©rminos de adaptaciĆ³n a condiciones similares, sea el medio ambiente de los organismos o su forma de vida, como ocurre con las adaptaciones al movimiento. Las exigencias fĆ­sicas del vuelo limitan drĆ”sticamente las formas posibles del Ć³rgano encargado de mantenerlo. La capacidad de volar se ha desarrollado de manera independiente en murciĆ©lagos, aves e insectos, ademĆ”s de en grupos ahora extinguidos y conocidos por sus fĆ³siles, como los reptiles llamados pterosaurios. Todos estos animales han desarrollado alas por evoluciĆ³n convergente. Asimismo, todos los animales que se deben mover en el agua afrontan similares limitaciones fĆ­sicas impuestas por el medio, y tanto los mamĆ­feros acuĆ”ticos, como los delfines, y los peces han desarrollado cuerpos con la misma y eficaz forma hidrodinĆ”mica.



La evoluciĆ³n convergente se aprecia tambiĆ©n en adaptaciones a la alimentaciĆ³n. Varios grupos distintos de mamĆ­feros han evolucionado de manera independiente para alimentarse de hormigas: los osos hormigueros de AmĆ©rica del Sur, el oricteropo o cerdo hormiguero de Ɓfrica oriental y meridional, el pangolĆ­n de Ɓfrica y Asia y el marsupial hormiguero y el equidna de Australia. Todos ellos han desarrollado mediante evoluciĆ³n convergente garras poderosas para abrir hormigueros y termiteros y una cabeza provista de un hocico tubular alargado con una lengua muy larga para capturar los insectos dentro de sus nidos. Se observa tambiĆ©n convergencia en la fisiologĆ­a y anatomĆ­a de la digestiĆ³n. Como se sabe, las vacas digieren el material vegetal rumiĆ”ndolo (vĆ©ase Rumiante); esta capacidad de fermentaciĆ³n del material vegetal en el estĆ³mago tambiĆ©n la han adquirido por convergencia un grupo de monos llamados colobinos que se alimentan de hojas. La convergencia llega hasta detalles de las enzimas utilizadas en la digestiĆ³n. Los colobinos y los rumiantes segregan en el estĆ³mago (a diferencia de otros mamĆ­feros) la enzima lisozima, que digiere las bacterias encargadas de fermentar los productos vegetales. La secuencia de aminoĆ”cidos de las lisozimas de colobinos y rumiantes presentan similitudes Ćŗnicas que son ejemplos de evoluciĆ³n convergente a nivel molecular; esta convergencia molecular refleja probablemente la funciĆ³n comĆŗn que desempeƱa la enzima en ambos grupos de mamĆ­feros.

2 CARACTERES HOMƓLOGOS Y ANƁLOGOS

Cuando dos especies comparten un carĆ”cter, como los ojos en el ser humano y el chimpancĆ©, o las alas en aves y murciĆ©lagos, puede ser por una de dos razones: o el carĆ”cter estaba presente en el antepasado comĆŗn de las dos especies y Ć©stas lo comparten simplemente porque lo han heredado (en este caso se habla de homologĆ­a de caracteres; los ojos del hombre y el chimpancĆ© son homĆ³logos); o el carĆ”cter no se encontraba en el antepasado comĆŗn, sino que se ha adquirido por evoluciĆ³n convergente (en este caso se habla de caracteres anĆ”logos).

Es importante saber distinguir entre caracteres homĆ³logos y anĆ”logos al reconstruir la filogenia o diversificaciĆ³n evolutiva de los organismos (vĆ©ase CladĆ­stica). Se supone que dos especies tienen un parentesco prĆ³ximo si se parecen mucho; pero esta hipĆ³tesis sĆ³lo es vĆ”lida si el parecido responde a homologĆ­a, no a analogĆ­a o convergencia. A veces es posible detectar la convergencia examinando los caracteres con detalle. Las alas de aves, murciĆ©lagos e insectos son superficialmente parecidas, pero sus estructuras internas son muy distintas: en los insectos, las alas tienen unas estructuras de sostĆ©n llamadas nervios, mientras que en aves y murciĆ©lagos la estructura de las alas es Ć³sea; ademĆ”s, las alas estĆ”n sujetas por huesos diferentes en aves y murciĆ©lagos; en efecto, los huesos de las alas de las aves corresponden por homologĆ­a a los del segundo dedo de otros vertebrados; en el caso del murciĆ©lago, corresponden a los dedos dos a cinco.

3 EVOLUCIƓN PARALELA

A veces la evoluciĆ³n convergente puede diferenciarse de la paralela. En ambos casos, un mismo carĆ”cter evoluciona de manera independiente a lo largo de dos linajes. En la evoluciĆ³n paralela, el estado ancestral de las dos especies era el mismo; en la convergente era distinto (vĆ©ase la ilustraciĆ³n). En la evoluciĆ³n paralela, las dos especies pueden evolucionar de forma independiente hasta llegar a un nuevo estado comĆŗn. Raramente se puede diferenciar la evoluciĆ³n paralela de la convergente en casos reales, porque la diferencia se refiere a estados ancestrales de los caracteres, que por lo general son desconocidos. No obstante, el mimetismo de las mariposas sudamericanas de la flor de la pasiĆ³n es probablemente consecuencia de una evoluciĆ³n paralela; se trata de dos especies de mariposas que exhiben la misma disposiciĆ³n de colores; ambas son venenosas para los pĆ”jaros y comparten la coloraciĆ³n, de tal modo que la una se parece a la otra. La disposiciĆ³n de los colores varĆ­a segĆŗn las regiones, pero en cada una, las dos especies parecen iguales. La ventaja del mimetismo obliga a las dos especies a seguir en cada sitio una evoluciĆ³n paralela.



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