Columna vertebral

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Columna vertebral, nombre genérico dado a la estructura de hueso o cartílago que rodea y protege la médula espinal en los animales vertebrados. También recibe el nombre de raquis o espina dorsal.

2 ANATOMÍA

Los cordados más primitivos tienen un endoesqueleto formado por una varilla cartilaginosa rígida denominada notocorda. En la mayoría de los vertebrados adultos la notocorda es rodeada o sustituida como eje de soporte por la columna vertebral. A ella se unen el cráneo, las costillas y la pelvis para formar el esqueleto axial. Excepto en los condrictios, que tienen el esqueleto enteramente cartilaginoso, en el resto de los vertebrados la columna vertebral está formada por una serie de huesos denominados vértebras.

La forma y el tamaño de las vértebras varía según los tipos de animales. En general se disponen como una columna y están unidas por ligamentos de tejido conjuntivo que mantienen los huesos unidos y forman una articulación. En el ser humano, la columna vertebral está formada por 33 o 34 vértebras: 7 cervicales en el cuello; 12 torácicas o dorsales en la región del tórax, a las que se unen doce pares de costillas; 5 lumbares en la zona baja de la espalda; 5 sacras fusionadas que forman un hueso sólido (conocido como sacro, ver Articulación sacroilíaca) que encaja como una cuña entre los huesos de la pelvis; y un número variable (de 4 a 5) de vértebras coxígeas fusionadas por debajo del sacro formando el coxis.

Antes del nacimiento, la columna vertebral humana forma una curva simple con la superficie convexa hacia atrás. Al nacer están presentes dos curvas primarias, que son cóncavas hacia adelante. La superior se localiza en la región torácica, y la más inferior en la región sacra. Si el niño se desarrolla con normalidad, aparecen dos curvas compensadoras hacia adelante en la región cervical y lumbar por encima de las curvas primarias. Estas curvas normales proporcionan un grado de elasticidad que no sería posible en una serie de huesos apilados de forma rígida, sin curvas.

3 VÉRTEBRAS: CARACTERÍSTICAS

La mayoría de las vértebras individuales tienen una forma similar a un anillo. El cuerpo vertebral o porción gruesa del anillo está ubicado hacia adelante. Entre una vértebra y la siguiente hay un grueso disco fibroso de cartílago, denominado disco intervertebral, que forma la articulación principal entre los cuerpos de dos vértebras adyacentes. Sin embargo, las vértebras también se mueven entre sí en otras articulaciones pequeñas.

El cuerpo vertebral, que representa la mayor parte de la vértebra y consiste en una masa de hueso sólido que soporta la carga, está situado en la zona anterior de la vértebra y separado de los cuerpos de las vértebras superior e inferior por los discos invertebrales. A cada lado del cuerpo vertebral hay un pilar de hueso ancho (pedículo) que se dirige hacia atrás. Los pedículos y el dorso del cuerpo vertebral delimitan un espacio circular, el agujero vertebral, ocupado por la médula espinal. Dos hojas de hueso, denominadas láminas, se unen a los pedículos y se conectan entre sí formando un arco en la región dorsal de las vértebras, denominado arco dorsal o arco neural, que cierra el espacio circular. El canal formado por la yuxtaposición de los agujeros vertebrales de todas las vértebras se denomina conducto neural o conducto vertebral. En cada extremo, en la unión del pedículo con la lámina, existe una prominencia ósea llamada apófisis transversa. En el arco formado por la unión de las dos láminas se encuentra otra prominencia denominada apófisis espinosa. En la base de cada apófisis transversa existe una estructura móvil y lisa que se articula con la vértebra adyacente (apófisis articular). En los animales que mantienen una postura erecta, hay dos apófisis articulares en la parte superior y dos en la parte inferior de cada vértebra.

Las vértebras de cada región de la columna vertebral de los mamíferos tienen características propias. En las vértebras cervicales superiores las apófisis transversas presentan un agujero para el paso de la arteria vertebral. Las apófisis espinosas de estas vértebras son muy cortas. Las dos primeras vértebras cervicales tienen una forma muy diferente a las otras. La primera vértebra cervical, o atlas, no tiene cuerpo vertebral, sino un arco óseo que presenta una depresión. Las apófisis articulares superiores de la segunda vértebra cervical o axis se articulan con los cóndilos (proyecciones circulares de hueso) occipitales del cráneo. El axis tiene una proyección en la cima de su cuerpo que se ajusta como un pivote a una depresión localizada en la vértebra atlas. Las apófisis transversas de las vértebras torácicas tienen superficies articulares para las costillas mientras que las apófisis espinosas son largas, se proyectan hacia abajo, y se superponen entre sí. Las vértebras lumbares tienen cuerpos pesados y grandes, y las apófisis transversas y espinosas son más pequeñas.

4 ANOMALÍAS Y ENFERMEDADES

En los seres humanos son frecuentes las curvas patológicas de la columna vertebral. Pueden aparecer por debilidad de los ligamentos, enfermedades o anomalías congénitas de la columna vertebral y por lesiones o contracturas de los músculos de la espalda.

Las alteraciones de las curvas vertebrales pueden ser de diversos tipos: en el plano lateral se describen lo que conocemos como escoliosis (curvatura lateral de la espina dorsal), que se acompaña generalmente de rotación vertebral y puede ser única o múltiple (dos curvas); y en el plano frontal, las cifosis (convexidad dorsal) y lordosis (concavidad dorsal). La mayoría de estas alteraciones son idiopáticas (de causa desconocida), o se deben a alteraciones neuromusculares (parálisis) u osteocartilaginosas por infecciones como la tuberculosis, trastornos del crecimiento u osteoporosis. El síntoma más frecuente es la asimetría, la existencia de una curva o incluso de una prominencia (joroba) y dolor en la región afectada, aunque en algunas ocasiones no aparecen síntomas.

El tratamiento depende de la gravedad del trastorno. Los casos con deformidad leve sólo requieren observación y, en ocasiones un programa de ejercicios específicos y medidas higiénico-posturales. En los casos moderados se puede intentar controlar la deformidad con corsés y fisioterapia. Los casos más graves requieren cirugía, que consiste en la artrodesis (fusión de unas vértebras con otras) para limitar la movilidad y el dolor; para ello se realiza un injerto óseo (de la propia persona o de un donante) e implantes (sistemas de barras, ganchos, tornillos, o alambres metálicos más o menos rígidos) para mantener la corrección de la deformidad, conseguida con la cirugía.

También son muy frecuentes los trastornos debidos a alteraciones del disco intervertebral. Éstos se deben a la aparición de una hernia del material del disco intervertebral que puede comprimir las raíces nerviosas, dando lugar al cuadro clínico llamado hernia discal. La mayoría de estos casos se corrigen con un tratamiento local, y sólo en un 5% de los mismos es necesaria la cirugía. Es muy frecuente la artrosis (enfermedad degenerativa) de la columna lumbar, que provoca cuadros de lumbalgia (dolor en región lumbar) o ciatalgia (dolor irradiado por la cara posterior de los glúteos); estos trastornos mejoran con un tratamiento directo sobre la superficie afectada.


 

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