Después que MarÃa y José habÃan llegado a Belén, MarÃa dió a luz a su bebé en un humilde pesebre de paja, en un establo junto a los animales.
Este lugar era lo único que ellos habÃan podido conseguir durante su estadÃa en Belén. No eran personas que poseÃan riquezas materiales. Pero tenÃan la enorme responsabilidad y el honor de criar y educar al hijo de Dios.
El calor de MarÃa, unas pobres mantas y su humilde cunita hecha de paja lo abrigaban.
En ese mismo instante, muy cerca de allÃ, un grupo de pastores descanzaban con sus rebaños de ovejas. Los pastores de ovejas en las noches estrelladas solÃan agruparse entre ellos para conversar y protegerse entre sà de los lobos y ladrones que acechaban por la zona.
Estando todos reunidos de pronto vieron una luz intensa los sorprendió, ellos tuvieron muchÃsimo miedo.
La luz que los encandiló era un ángel que se acercó a ellos y les dijo que no temieran y les contó que el MesÃas habÃa nacido. También les explicó como llegar hasta el establo donde Jesús estaba y de qué manera encontrarÃan al niñito.
Miles de ángeles celestiales cantaban en el cielo "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra Paz, buena voluntad para con los hombres".
De esta manera los pastores llegaron establo y se encontraron con MarÃa, José y un bebé muy especial envuelto en sencillas mantas en una cunita hecha de paja, tal cual se lo habÃa descrito el ángel.
Fuente:Educa
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